Guayabera PolíticaHoy escriben

Máximo… máximo lío!!

Comparte en tus redes sociales:

Columna Guayabera Política/

GUILLERMO HÚBNER DIAZ

 

El jueves 3 de abril de 2014, Máximo Moscoso Pintado, delegado de la Procuraduría Federal del Consumidor –PROFECO-, hasta este sábado 24 de septiembre, platicó con los reporteros sobre sus aspiraciones políticas enfocadas a un futuro cercano.

Expresó sus deseos de contender en 2018 por la presidencia municipal de Centro, portando la camisola del PRI, su partido desde mozuelo, puntualizando que le gustaría participar en un proceso interno, no ser distinguido con un clásico y antidemocrático “dedazo”, no obstante aceptó que entraría al juego fuere cual fuere el método determinado por el partido.

Les dijo que llegado el momento dejaría la delegación a su cargo “para disputar y ganar” en un proceso interno, la candidatura tricolor a la alcaldía.

“Sólo espero los tiempos para dejar la delegación y estar en igualdad de condiciones respecto de otros aspirantes”. Máximo estimó que esto podría ocurrir a principios de 2017, pidiéndole a su partido revisar los currículos de cada aspirante, “checar” los perfiles de cada cual,  “porque el PRI necesita candidatos estructurados, con una gran experiencia administrativa para manejar adecuadamente los recursos”.

El trabajo realizado en la PROFECO por el licenciado en Economía -IPN-, ex coordinador de Asuntos Religiosos del gobierno del Estado, no tiene precedentes en Tabasco, lo más cercano pudiera ser el trabajo efectuado en la dependencia, en los albores del madrazato, por el también economista –UNAM. Arturo Abreu Marín, pero lo de Moscoso Pintado, ha ido mucho más allá, no sólo por el tiempo en que encabezó y movió esa oficina sino por los resultados obtenidos a todas luces benéficos para la sociedad.

No hubo una sola gasolinería en la entidad, o uno de esos almacenes considerados “grandes”, o restaurantes de pocos o muchos cubiertos, bares, hoteles del número de estrellas que fueran, centros nocturnos, farmacias, etcétera, que no hubiesen sido alcanzados por la acción de la PROFECO, inmovilizando a muchos negocios por alterar su funcionamiento en perjuicio de los clientes, usuarios, consumidores.

Gasolinerías que despachan litros incompletos, almacenes que expenden productos caducos o podridos, restaurantes, bares y centros nocturnos que ocultan sus precios al público o sirven bebidas embriagantes a menores de edad o funcionan en horarios que sobrepasan a los autorizados por la ley, etcétera, etcétera, fueron multados y hasta cerrados al público, en tanto no regularizaban sus servicios sometiéndose a las normas vigentes.

No había reto que arredrara al economista politécnico.  “He decidido enderezar esta nave y darle su verdadero rumbo”, dijo en cierta ocasión, durante una breve e informal charla el año pasado, tenía, estimó entonces, que remover obstáculos y enfrentar a muchos y nefastos intereses creados acumulados en el tiempo y vencer resistencias.

Lo que nos espera por delante, dijo, recordando alguna parte del discurso de toma de posesión del gobernador Arturo Núñez Jiménez, es tarea y responsabilidad de todos. Nadie comprometido realmente con Tabasco debe ni puede quedar marginado en esta hora. Máximo Moscoso Pintado, a la vista de miles de tabasqueños, venia cumpliendo su compromiso y sus bonos políticos y sociales venían subiendo como la espuma.

Pero he aquí, amable lector, que el pasado sábado 24 de septiembre, el ahora ex delegado, reveló en Facebook que había sido cesado por su jefe Ernesto Nemer, en una acción que calificó de “índole política”, asegurando que lo “grillaron” con el gobierno federal, horas más tarde trascendería que lo hizo la diputada federal Liliana Madrigal, ex candidata del PRI a la presidencia municipal de Centro, por el profundo odio que engendró en su corazón el hecho de que Moscoso Pintado viera con mayor simpatía la participación de su amigo Gerardo Gaudiano Rovirosa, candidato triunfador del PRD.

El lunes 25, Moscoso Pintado convocó a una rueda de prensa. Allí dijo que -“aiga sido como aiga sido”-, su destitución haría daño a los consumidores, quienes pagarían las consecuencias de su salida, “pues estábamos aplicando la ley correctamente a favor de sus bolsillos y poniéndole un alto a los abusos”.

Ayy Dios… Y que sale a la plaza el director regional de Gobernación, Erick Castro Ibarra, para afirmar que los cambios en las delegaciones se están haciendo en todo el país y sin tintes políticos.

“Las rotaciones obedecen a las evaluaciones que se realizan desde la Presidencia de la República y que son exclusivamente decisión del Ejecutivo federal Enrique Peña Nieto”, aseguró, al tiempo de confiar que él hace una “revisión permanente” del trabajo de los delegados, no sólo en Tabasco, por lo que “no debe extrañarse algún cambio siempre para mejorar, para mejorar el trabajo de la administración pública federal”.

En razón de esto, no la tiene nada fácil el sucesor. Tendrá que echarle todos los kilos el nuevo delegado –por tercera vez el mismo cargo-, Pedro Aldecoa Calzada, recomendado por Carlos Salomón Caro, según versión circulada en redes sociales, al mismísimo secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chon, con quien supuestamente habló Liliana, para hacer a un lado a su “enemigo” y correr libremente por segunda vez hacia el palacio municipal de Tabasco 2000.

Un máximo lío, amable lector, la salida de Máximo de las oficinas de la PROFECO. .

 


Comparte en tus redes sociales:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *