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¿Quién concilia y une en Morena Tabasco?


Victor Ulín/
Demostrado en los hechos que Tey Mollinedo no es garantía ni de conciliación ni de unidad a cinco meses antes de la selección del candidato al gobierno de Tabasco, se hace impostergable su cambio para empezar una auténtica y no simulada operación política al Interior de Morena para contener y acercar a los grupos de los “fundadores” -liderado por Javier May Rodríguez, titular de Fonatur- y “adancistas” -encabezado por Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación-.
Decir que ya no sabe si llamar “morenistas” a los fundadores solo porque no le hacen caso o porque hacen actos partidistas por su cuenta, es desproporcionado, sin sentido, absurdo, y habla que no sabe ni dónde está parada la todavía dirigente formal de Morena en Tabasco.
Raúl Ojeda Zubieta, en su condición de aspirante al gobierno, como presidente del Consejo Político Estatal de Morena, tampoco es factor de unidad entre la militancia que se ha polarizado y que amaga con un encontronazo de pronóstico reservado.
La idea de dejarle todo al presidente Andrés Manuel López para que sea el que ponga paz entre los grupos al interior de Morena en Tabasco -y el país – no asegura que todos vayan a tomarse de la mano y trabajar para el mismo rumbo aún cuando lo sostengan públicamente, y menos si el reparto de candidaturas favorece a uno o a otro de los grupos.
Ante el distanciamiento entre los grupos que parecen ciertamente construir dos partidos de Morena, uno de los “fundadores” y otro de los “adancistas”, la llegada urgente de un liderazgo respetado y respetable que concilie posiciones es inaplazable si se desea que la militancia no se parta en dos.
¿Podría ser Darwin González Ballina ese líder capaz de lograr que los fundadores y los ‘adancistas” se sienten a la mesa para civilizadamente compartir el pan y sal y repartirlo equitativamente? No hay a la vista otro u otra que pueda lograrlo cuando la liga está a punto de reventar en cualquier momento y ni el Presidente sea capaz de recomponerlo cuando ocurra.
En la medida en que el tiempo pase y la distancia se acreciente, podría ser demasiado tarde cuando los liderazgos formales y reales de Morena traten de buscar un acercamiento y acuerdo entre los dos grupos de mayor peso al interior del partido.
Así que la permanencia de Tey Mollinedo y de Raúl Ojeda Zubieta solo puede asegurar la división y confrontación entre los morenistas fundadores y los “adancistas”. Nada bueno si llegan así a las elecciones del 2024.

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