GeneralHoy escriben

Mejor, desaloje a tiempo


Víctor Ulín/Sin Remitente/
Que los pronósticos sean que lloverá un 30 por ciento más de lo habitual en el mes de octubre, sumado lo que nos llega de Chiapas, entonces no habrá muro de contención ni acciones preventivas que detengan lo inevitable: otra inundación en Tabasco de consecuencias inimaginables.
Lo que nos queda a las tabasqueños, siendo realistas y no alarmistas, es que vayamos pensando hacia dónde vamos a desplazarnos para evitar que muchos volvamos a perder enseres domésticos como en otros años.
El mes de septiembre que está por concluir, ha dejado sentir su fuerza y sus secuelas que ya atisban lo peor y que tanto el Sismológico Nacional como la Comisión Nacional del Agua y Protección Civil de Tabasco han adelantado: lluvias y más lluvias intensas, derivados de fenómenos naturales que cada vez más resultan impredecibles e imparables.
Ya con algunos municipios afectados seriamente como Macuspana, Tacotalpa, Teapa y Jalapa, y ante la amenaza latente de que el Río Grijalva desborde en el centro de la capital de Villahermosa y arrase con todo a su paso, las autoridades estatales en coordinación con las federales conminen a la población a que tome medidas preventivas para proteger su integridad y patrimonio.
Entre más temprano se le advierta a la población, las afectaciones por las inundaciones serán menos y hasta la misma gente le agradecerá a los gobiernos haberles avisado a tiempo para protegerse.
Entre más transparencia tenga el gobierno informando a tiempo, menos serán los costos políticos que tendrá, considerando que ya estamos a poco tiempo de la elección del 2024.
A estas alturas, lo más sensato es que a la población se le hable con la verdad para que no se cree falsas expectativas pensando que las obras de contención, las que se han concluido, y el dragado de ríos, que mantiene avances, serán suficientes para parar las inundaciones.
Lo justo, es decirles a las familias de zonas históricamente afectadas por las fuentes lluvias y a otras que se han sumado con los años, que mejor vayan desalojando sus viviendas a tiempo. Que el peligro de una inundación más es mayor y por tanto su ocurrencia ya no depende de la voluntad de los hombres, sino de la adolorida naturaleza.

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