Hoy escriben

La “rebeldía” de Pepín

Víctor Ulín/ Sin Remitente/
Aunque hoy quiere erigirse en un símil de su hermano el Presidente, José Ramiro López Obrador es un político que no hace diferencia.
Su trayectoria en términos reales se reduce a su paso por la alcaldía de Macuspana, pero no es un referente ni de liderazgo ni mucho menos de la izquierda en Tabasco. Lo que ha sido y es, lo que ha conseguido en la administración pública, se lo debe a su hermano que siempre le ha tendido la mano para que tenga un empleo, como ocurrió en el gobierno del entonces gobernador, Adán Augusto López Hernández.
El protagonismo que pretende ahora es marginal e infructuoso. A estas alturas, es para que estuviera convertido en el líder moral de Morena en Tabasco, pero ha sido superado ampliamente por Javier May Rodríguez, Adán Augusto López Hernández, Octavio Romero y Raúl Ojeda Zubieta, por citar algunos.
Los medios se han interesado ahora en él, no porque sea el que represente el liderazgo en el estado del partido que ahora domina el grupo político que lidera el secretario de Gobernación, sino solo porque es el hermano del Presidente, y que hoy grita a los cuatro vientos que su candidata presidencial es Claudia Sheimbaun, y a la gubernatura Javier May Rodríguez.
El ex alcalde de Macuspana no se ha dado cuenta que con sus expresiones públicas cuando no son los tiempos ni las formas, solo contribuye a que diarios como el Reforma o el Universal y periodistas en contra de la 4T y por ende del Presidente, sigan magnificando una confrontación que debiera dirimirse en la mesa, entre políticos profesionales, sin berrinches.
José Ramírez López Obrador, sin proponérselo, supongo, se suma también a la guerra intestina que desde el Senado viene realizando el Caballo de Troya e iluminado de los adversarios y conservadores neoliberales, Ricardo Monreal, en contra del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Sería más digno para Pepín Obrador erigirse en un promotor y defensor del gobierno de su hermano y de Morena, y no en un peleador callejero provocador que no aporta nada a la causa de la izquierda ni mucho menos a la gestión presidencial con miras al 2024.

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