Notas

Foro «Cabildeo en el Siglo XXI: Acceso, transparencia e integridad» organizado por el Senado y la OCDE

Red

Versión Estenográfica de la intervención de la Senadora Mónica Fernández Balboa, presidenta de la Comisión de Gobernación del Senado de la República

21 de abril de 2021

Muy buenos días a todas y todos los presentes, es un gusto saludarles en una sesión más de este espacio de reflexión entre el Senado de la República y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El tema que nos convoca hoy es muy cercano al quehacer diario del Poder Legislativo: el cabildeo. Todos hemos tenido un contacto con esta herramienta que forma parte legítima de toda democracia.  

El cabildeo ha sido utilizado para ejercer influencia sobre las decisiones, acercar información y ayudar a la toma de decisiones. Sin embargo, es muy evidente que la falta de transparencia e integridad en este ejercicio representa un riesgo para la salud de nuestra democracia.

A nivel global, existen diferentes acercamientos al cabildeo y diferentes formas de regularlo, y los Principios de Transparencia e Integridad en la materia impulsados por la OCDE han sido una referencia para nuestras interacciones con los cabilderos.

En el Reglamento del Senado de la República, en el artículo 298 establece una definición de lo que comprende el cabildeo y lineamientos básicos sobre la relación entre los Senadores y las personas dedicadas a promover intereses legítimos de particulares. Se aclara que “las comisiones y los senadores deben informar por escrito a la Mesa Directiva de las actividades realizadas ante ellos por cabilderos en la promoción de sus intereses.” En el artículo 299 se precisa que las y “los senadores ni el personal pueden aceptar dádivas o pagos en efectivo o en especie por parte de personas que realicen cabildeo o participe de cualquier otro modo para influir ilícitamente en las decisiones del Senado”.

Sin embargo, en diferentes ocasiones hemos participado en discusiones plurales sobre la pertinencia o no de contar con normatividad de otro tipo para regular de manera integral las actividades de cabildeo. Incluso para homologar medidas entre ambas cámaras del Congreso. Entre las propuestas, se ha debatido el establecimiento de un registro público de cabilderos, el registro de grupos de interés y de presión, el diseño de códigos de ética, entre muchas otras opciones que están disponibles y de las que hay ejemplos a nivel internacional.

Al mismo tiempo, como se discutió recientemente en la presentación del informe de la OCDE sobre el cabildeo en el siglo XXI, los mecanismos y canales de influencia en la toma de decisiones han evolucionado. Ya no sólo se basa en la comunicación directa entre el cabildero y el legislador, las tecnologías, redes sociales, los objetivos de financiamiento el sector privado, entre otros, nos obligan a repensar si estamos haciendo lo suficiente para asegurar la apertura, el acceso y la transparencia, además de promover de manera efectiva una cultura de la integridad entre los actores que participan en las dinámicas de influencia.

El contexto internacional también ha hecho evidente la necesidad de, incluso, revisar qué se entiende por influencia legítima y cómo se diferencia de una interferencia clandestina extranjera que vaya contra valores nacionales.

Ante este escenario, nos ocupa empezar por entender mejor la naturaleza de las conductas que se están presentando en diferentes latitudes para prepararnos y detonar las conversaciones que sean necesarias. Las nuevas tecnologías y la digitalización están acelerando transformaciones, muchas que ni siquiera anticipábamos. La pandemia obligó a tomar decisiones, necesarias en tiempos de crisis, que incrementan la susceptibilidad de los países en detrimento de la transparencia, el acceso y la integridad. Será necesario abordar esta realidad en las reflexiones postpandemia para asegurar que, ante cualquier otra emergencia, estemos preparados para atender la crisis mientras se asegura la integridad de la operación del gobierno.

Y con ese propósito, celebro la decisión de abrir el tema y traer expertos que nos acerquen hallazgos que son tan necesarios para mantener al Senado de la República a la vanguardia de los debates y las soluciones. No me queda más que agradecer al Dr. Jacobo Pastor García Villareal Toledo, Especialista Senior en Políticas de Integridad y Compras Públicas de la OCDE, al Centro Gilberto Bosques, y por supuesto, al Mtro. Roberto Martínez Yllescas, Director del Centro de la OCDE para México y América Latina, por la celebración de este foro y por alentar a que no dejemos de reflexionar sobre el quehacer legislativo de manera crítica.

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