Hoy escribenSin Remitente

#Columna PRD Tabasco: «ya no pintan»

Víctor Ulín/Sin Remitente/

Seria  bueno que, en un ejercicio de transparencia y honestidad, la cúpula del PRD Tabasco informara a cuánto asciende realmente su padrón de militantes después de la histórica desbandada del 2018 y de la intestina lucha que los redujo a un partido marginal.

El sábado, en la sesión de su X Consejo Estatal, los pocos perredistas que quedan cumplieron la formalidad de elegir como su presidente al ex edil de Jalpa, Javier Cabrera, del grupo del senador Juan Manuel Fócil Pérez, y como secretaria general a la ex regidora de Centro, Violeta Caballero, impulsada por el ex alcalde Gerardo Gaudiano.

El otrora partido poderoso que ganó las elecciones para gobernador del 2012 y que le bastaron solo seis años para decepcionar con Arturo Núñez Jiménez y dilapidar su capital social, político y electoral, hoy simplemente es un remedo de izquierda que desde la cúpula nacional y estatal fue incapaz de reinventarse para superar la derrota y la desbandada de militantes. En el Congreso del Estado, sus últimos diputados han pasado sin pena ni gloria.

En la elección del próximo año, quienes todavía permanecen en el PRD no tienen, por sí solos, ninguna posibilidad de ganar alcaldías, diputaciones locales o federales, y menos, en el 2024, la gubernatura. Ni soñarlo. Su única alternativa para mante.ner quizá su registro y alguna regiduría, será aliarse con el PRI, PAN y Movimiento Ciudadano.

El PRD Tabasco está más cerca de extinguirse que de ganar algo por sí solo en el 2021.

En Tabasco, Morena solo podrá considerar como rival serio al PRI, ni siquiera al PAN.

El desencanto de la población contra los perredistas que le apostaron todo al ex gobernador Arturo Núñez, sigue vigente, aun cuando Morena, por ser el partido en el gobierno, tiene un desgaste natural que, -siendo realistas-, no minará su bono político de gran manera.

Es probable que el senador Juan Manuel Fócil Pérez y ex alcalde Gerardo Gaudiano sean a los que les toque cerrar las puertas y apagar las luces del perredismo en el 2021, cuando sean avasallados. Por ningún lado se vislumbra una resurrección titánica o extraordinaria que pueda sorprendernos.

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