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A seis meses, así va la 4T en Tabasco

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Víctor Ulín/ Sin Remitente

Este 1 de julio se cumplen seis meses de que en Tabasco gobierna Morena con Adán Augusto López Hernández y que está en marcha la Cuarta Transformación que a nivel nacional impulsa -y festeja hoy en el Zócalo de la Ciudad de México- el presidente Andrés Manuel López Obrador con una serie de reformas constitucionales y leyes secundarias tendientes a combatir la corrupción e impunidad acumulada a lo largo de décadas, y cuya tarea de atacarla en el país recae en Santiago Nieto en la Unidad de Inteligencia Financiera, y en Tabasco en Arturo Abreu Ayala desde la Unidad de Inteligencia Patrimonial y Económica (IUPE).

En seis meses, no sería ni justo ni objetivo exigirle al nuevo gobierno estatal cambios radicales o resultados que requieren tiempo para concretarse, como es la generación creciente de empleo y obras de infraestructura de gran impacto social que, como la Construcción de la Refinería en Dos Bocas, Paraíso, y el libramiento en Guayabal, por ejemplo, irán avanzando gradualmente en la medida en la que también comiencen a llegar con más fluidez recursos federales.

En materia de seguridad pública, el gobernador mismo, que ya relevó al ahora ex titular de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Ángel Aguirre, para designar a Ángel Mario Balcázar, es consciente de la urgente necesidad de restablecer el orden y garantizar la integridad y los bienes de una población asustada.

La compra de 700 patrullas, armamento y equipo para fortalecer a los cuerpos policiacos, es indicador de la voluntad que hay para procurar la seguridad de los tabasqueños.
E

el sector Salud, solventando obstáculos y contrarrestando desde el gobierno federal la embestida de empresarios voraces y sus jugosos negocios, poco a poco va resolviéndose la demanda de medicamentos en hospitales y centros de salud, comprando equipo médico y dando mantenimiento a otro tanto.

Al interior de la administración, continúa un reordenamiento con la simplificación de procesos que implica la desaparición de áreas, y la posterior contratación de personal de confianza o la ratificación del que está para reducir los gastos de operación, parte sustancial de la política de austeridad de  la 4T.

No es fácil para ningún gobierno, y menos para Morena y su política de la 4T, erradicar viejas prácticas o combatir inercias enquistadas en miles de burócratas en la mayoría de las dependencias estatales, y contra sindicatos magisteriales que no quieren perder sus privilegios.

Pero hay avances en ese sentido y es algo que hay que reconocer.

A la par, hay la esperanza fundada que ya con una economía más dinámica, con circulante, la situación vaya mejorando y en consecuencia se pueda dimensionar más los cambios que viene instrumentando no solo el gobierno federal, sino el que en Tabasco encabeza Adán Augusto López, cuyas encuestas lo siguen manteniendo en la preferencia de los ciudadanos como buen gobernante.

Hay optimismo para seguir pensando que en los cinco años y medio restantes, el gobierno de Morena materialice la esperanza de miles de tabasqueños que no pierden y mantienen la confianza de que, de fondo, y con un presidente paisano, las cosas cambiarán para bien de Tabasco.


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