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Arturo Núñez no pisará la cárcel

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Víctor Ulín/ Sin Remitente/

En poco menos de siete meses para que finalice el año, los legisladores locales, con mayoría morenista, deberán votar la cuenta pública 2018 del ex gobernador y decidir si la reprueban o no.

El ÓrganoSuperior de Fiscalización (OSFE) que preside Alejandro Álvarez informó la semana pasada que había interpuesto varias denuncias penales por peculado y desvío de recursos, entre ellas contra un ex funcionario del gobierno estatal, correspondiente a la revisión de la cuenta pública del 2018, pero que no podía revelar los nombres de los inculpados por la secrecía de las investigaciones.

En los hechos, aunque fuese reprobada su cuenta pública, es difícil que el destino de Arturo Núñez sea la cárcel, no porque vaya a ser inocente, sino porque deberá probársele que hizo un manejo incorrecto del presupuesto.

La tarea de detectar y documentar el cúmulo de presuntas irregularidades es algo que le compete al OSFE para que los diputados, con el mayor número de evidencias, puedan reprobarle la cuenta y buscar fincarle alguna responsabilidada al ex gobernador como es el clamor generalizado de tabasqueños.

Por lo menos hasta hoy, el OSFE no cita ninguna acción contra el ex gobernador, sino contra alguno de sus colaboradores.

Con el ex titular de Finanzas y Planeación, Amet Ramos Troconis, fuera de todo proceso legal por razones conocidas, el OSFE tiene la responsabilidad de deslindar finamente las responsabilidades y procurar documentar una denuncia que pudiera implicar al que tomaba las decisiones más importantes en el ejercicio del poder público.

Una eventual exoneración -deliberada o no- del ex gobernador sería vista como un triunfo más de la corrupción e impunidad, y el descrédito sobre el OSFE y los diputados sería mucho mayor, y sus consecuencias llegarían a la elección del 2021 y 2024.

Ahora que si más de un ex funcionario pisara la cárcel como adelantó en declaraciones el titular del OSFE, quizá se amaine un poco la justa exigencia de que Arturo Núñez en lo particular pague por el desastre financiero y gubernamental en el que dejó al Estado.

Pero a decir verdad, luego de la liberación de los granieristas, los tabasqueños refrendaron su desconfianza en las instituciones y en la ley. Así que tampoco esperan gran cosa en el caso del propio ex gobernador Arturo Núñez y sus funcionarios, hoy en la mira del OSFE.

Lo extraordinario y novedoso en el asunto sería que sucediera todo lo contrario a lo que los tabasqueños esperan.


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