Crónica

Aquí entre nos, un choco será su Presidente: AMLO

 Víctor Ulín/

Diría que es un Santo de carne y hueso que puede hacerle el milagro a los mexicanos.

Si se detiene o se queda un poco más sus paisanos de Tabasco comenzarán a rezarle y le pondrán velas.

Lo adoran.

por
Los tabasqueños lo adoran.

B

Será el último en hablar y en irse.

La gente se le lanzará para tocarlo al final del evento y con suerte le tome una foto o toque la camioneta roja en la que llegó y se irá en medio de un tumulto que lo seguirá hasta que desaparezca entre las decenas de carros que se amotinarán en los alrededores.

La gente que soportará el calor y la espera solo viene a verlo y a intentar estrechar su mano.

El resto de los que estarán en el templete son personajes que a pocos de los presentes les interesará y lo demostrarán cuando abucheen sus nombres anunciados por el presentador.

Andrés Manuel López Obrador les agradecerá a todos la lealtad que le han tenido. Desde el corazón les hablará de sus sentimientos, de lo alegre que se siente de estar entre los suyos.

-¡Los quiero!- les dirá a pulmón tabasqueño. Y apelará a su carta de residencia-: Yo nací aquí.

Selló la alianza con sus seguidores.

Alrededor de 20 mil almas esparcidas en la Plaza de la Revolución atestiguarán este momento histórico.

Lo que vivirán será una réplica de lo que antes han presenciado y escuchado de su líder moral. La mafia del poder que quiere vender hasta el último tornillo de Petróleos Mexicanos (Pemex) y que se regodea explotando  a un pueblo que en apariencia está decidido a cambiar de verdad y a confirmar que la tercera para el tabasqueño puede ser la vencida.

Solo que esta vez la posibilidad de que sea su Presidente de México parece más cercana.

-Los poderosos ya no nos ven mal- confesaría en una entrevista publicada por la mañana en el diario Tabasco Hoy.

-Llegó la hora del Sureste y de Tabasco- dice optimista, mientras le pide a los asistentes guardar el secreto para que nadie se entere-:  aquí entre nos, un choco puede ser Presidente de México.

Aquí entre la muchedumbre la realidad es otra a la que verán y escucharán desde el templete los invitados perredistas, priistas y pvemistas que se sumarán con su firma al Acuerdo Político de Unidad por la Prosperidad del Pueblo y Renacimiento de México.

C

Raúl Ojeda Zubieta es el primero en pasar a firmar el Acuerdo y prueba el rechazo de los asistentes.

-¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera!

El tres veces candidato a gobernador por el PRD no es bien recibido en las filas de Morena.

Difícilmente Andrés Manuel López Obrador escuche lo que esta gente que me rodea grita desde el fondo y que se va diluyendo a la distancia.

Rosalinda López Hernández, Mario Llergo Latournerie, Armando Padilla Herrera, Marco Rosendo Medina Filigrana, Jesús Selván, Ariel Cetina, y otros nombres conocidos son también abucheados. Algunos ni llegan a chiflidos o a expresiones de molestia.

Me sorprende que cuando Adán Augusto López Hernández es presentado como dirigente estatal de Morena para firmar el Acuerdo sus correligionarios le regateen los aplausos.

Los aplausos que le dieron a Obrador no se lo repiten a su hombre de mayor confianza y su virtual candidato al gobierno de Tabasco para la elección del próximo año.

Adán es el responsable de que el evento sea un éxito en asistencia y organización y de que Morena crezca, aunque con tantos priistas y perredistas parezca un Frankeistein.

Los dirigentes y Obrador deberían escuchar más -y seguido- el sentimiento de sus seguidores que son los últimos en enterarse del arribo de militantes de otros partidos a Morena.

-No nos peleemos entre nosotros –matizaría Andrés Manuel López Obrador buscando el consentimiento de sus seguidores para los nuevos militantes que con un pasado y presente cuestionado llegan a Morena a buscar la candidatura ambicionada que en sus partidos les negaron o les dieron pero perdieron en la elección en turno.

 

 

D

No hubo esta vez una bendición o perdón explícito para los recién llegados a Morena.

Andrés Manuel López Obrador les dio una redención mayor: perpetuar sus nombres en un libro y a partir de este domingo convertirse en fieles y leales seguidores de la causa compartida.

 

 

 

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