Hoy escribenNon serviam

Ya llegó enero

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Columna Non serviam/

Leopoldo Emmanuel Benítez Arias/

Hay pocas cosas que disfruto más que ir al cine a ver una buena película. Ya sea solo o acompañado, la experiencia siempre es grata: salir conmovido, pensativo, alegre, aterrado, perturbado, enriquecido, emocionado… Muy pocas cosas se comparan a esa sensación que se comparte con completos desconocidos durante un par de horas en un recinto oscuro.

La película con la que recibí el año 2017 fue “Un padre no tan padre”, en León, Guanajuato; que logra de panzazo ser pasable gracias a la actuación del señor Héctor Bonilla quien hace de ese anciano amargado un personaje jocoso que profiere las más hirientes groserías y logra al mismo tiempo arrancarte algunas carcajadas. Sin embargo, los temas que pretende abarcar los toca de forma bastante superficial y las resoluciones de los conflictos de las varias subtramas que tiene el filme son resueltos de forma barata. Al menos fue entretenidilla.

En vista de las movilizaciones y bloqueos que han aquejado al país, mi familia y yo nos vimos en la necesidad de esperarnos unos cuantos días más para salir de Tlaxcala y llegar a Tabasco. De buena mano sabíamos que si la caseta de San Martín cerraba significaría que no habría modo de salir y así fue. Por lo tanto mi hermano y yo aprovechamos para ir al cine, teníamos ganas de ver una película que venía provocando a las masas de gamers desde hace más de medio año: “Assassin’s Creed”.

Tremenda aburrida que nos hemos dado mi hermano y yo mientras buscábamos sentarnos cómodamente en la butaca para terminar de contemplar la nueva película de Michael Fassbender, donde todos los actores parecen haber tenido mucho sueño durante el rodaje y las escenas de acción se ven ocultas detrás de una especie de polvareda cual coreografía chafa de vals de quinceañera envuelto en humo de hielo seco.

Otra joya a la que arrastré a mi hermano fue “Monster Trucks”. Una chabacanería que pretende ser más aventurera de lo que es, en vez de regodearse en el sinsentido que representa un pulpo anfibio dentro de la carrocería para echar a andar una camioneta, se toma más en serio de lo que debiera y termina por ser una película pedestre que ni entretiene ni emociona ni da risa ni nada. Mientras uno la ve se imagina varias posibles maneras en las que pudo ser mejor (o menos mala), y posteriormente mientras la recuerdas la cosa se pone peor de lo que creías.

Mi hermano me comenta que “La Reencarnación” es de comedia involuntaria, una mala cruza entre “El exorcista” y “El origen”; por otro lado “Pasajeros” es, en primer lugar, del año pasado y de un tiempo para acá Jennifer Lawrence se me hace insoportable, tan guapa que es.

Me parece que la cartelera de enero es como la resaca de fin de año después de Navidad y la fiesta de Año Nuevo, después de los blockbusters decembrinos el primer mes del año recibe las primeras mediocridades o las películas atrasadas. Y uno que busca distraerse de tantas malas noticias aunque sea unas horas.


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