Notas

«Historia del Softbol en Tabasco», libro presentado en la UJAT

Redacción/

Como testimonio de sus triunfos en el juego de la “pelota blanda”, el abogado Cecilio Hernández Vázquez presentó su libro “Historia de Softbol en Tabasco. El juego de mi vida”, ante representantes del gremio deportivo, familiares y amigos que el pasado 20 de octubre se dieron cita en el Instituto Juárez de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT).

El locutor y abogado de profesión, con más de 40 años dedicados a la promoción de esta disciplina, fue quien introdujo el softbol en la entidad, donde en 1972 fundó la primera liga con seis equipos, misma que después, en 1977, crecería a 28, hasta llegar a sumar 80 equipos que actualmente están distribuidos en tres categorías.

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Cecilio Hernández Vázquez, abogado y autor del libro.

En la presentación de “Historia de Softbol en Tabasco. El juego de mi vida” acompañaron al autor su hijo Carlos Alberto Hernández Santiago, y los doctores en Derecho Gregorio Romero Tequextle y Felipe de Jesús García Magaña, quienes además de compartir sus reseñas al público también ofrecieron anécdotas de amistad y pasión compartida.

Entre el público reunido en el auditorio estuvieron peloteros de la vieja guardia, periodistas del deporte, y académicos universitarios, entre ellos el director de Difusión Cultural de la UJAT, Miguel Ángel Ruiz Magdónel, y el doctor en Derecho Jesús Antonio Piña Gutiérrez.

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El libro, ya a la venta.

En su momento, Carlos Alberto Hernández Santiago, hijo del pelotero a quien los amigos llaman con afecto “Licenciado Chirilo”, recordó que a principios de los años 70 en el estado se decía que el softbol era una práctica para viejitos que no podían jugar béisbol, pero gracias a la pasión de su padre ganó presencia y hoy es un deporte inseparable de los fines de semana para muchos tabasqueños.

A propósito de la compilación de notas periodísticas, fotográficas y relatos del tabasqueño, Romero Tequextle sostuvo que el softbol es un deporte “que hace amigos para toda la vida y permite la fraternidad; con él se tienen grandes triunfos y buenas derrotas que son mejor llevados con el guachipol”, como le llaman los peloteros a la bebida que se prepara con ron y yerbabuena.

Finalmente, en su intervención, el profesor investigador Felipe de Jesús García Magaña consideró que más que un libro, esta obra es un homenaje al diamante del softbol y testimonio de la fehaciente pasión de un hombre que ya es leyenda.

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